El extremo del Bayern
estaba realizando, tal vez, su mejor temporada desde que debutó en
la élite del fútbol... o al menos la más regular. Todo hacía
indicar que sería uno de los protagonistas del verano futbolero pero
el parón debido al Covid-19 y el aplazamiento a 2021 de la Eurocopa
han trastocado esas previsiones.
En esa Euro2020
Alemania, que se disputará en 2021, la Mannschaft, debía
medirse a Francia y Portugal en el grupo de la muerte del torneo
continental. La madurez alcanzada durante esta temporada por Serge
Gnabry le tenía guardado un papel protagonista en los planes de
Joachim Low y él, nuestro protagonista, parecía preparado
para aceptar el desafío de ser uno de los líderes de la nueva
selección alemana. De momento no podrá ser.
Sus características le
definen por si sólo. No demasiado alto [1,75 mts.], potente
físicamente, puede zafarse de sus marcas gracias a su velocidad y su
regate, tiene calidad con ambos pies, es inteligente para jugar a la
contra y cuenta con una excelente inteligencia futbolística. Además
cuenta con un talento natural para finalizar las jugadas que le hace
ver puerta con regularidad. Muestras de esa capacidad realizadora
pueden ser el póker de dianas que logró ante el Tottenham
Hotspurs en octubre en Champions League o sus actuaciones
con la selección alemana en la fase de clasificación para la
Eurocopa.
En dicha fase de
clasificación dejó su huella con un hat-trick frente a
Irlanda del Norte [6-1] o el tanto de la victoria frente a Holanda
[3-2], encarando a Virgil van Dijk desde la izquierda,
haciéndose hueco hacia el centro y marcando por la escuadra, lejos
del alcance de Jasper Cillessen. De hecho, Gnabry ha sido el
máximo goleador en dicha fase de clasificación, aportando gran
parte del caudal ofensivo de combinado germano y siendo utilizado por
Low, no sólo en su posición habitual en su club, sino también en
otras posiciones del ataque, e incluso en punta.
Un dato revelador es que
en sus 13 partidos como internacional absoluto ha marcado otros
tantos goles. A modo de comparativa sólo Gottfried Fuchs,
Gerd Muller y Klaus Fischer han marcado más goles en
ese número de partidos con su selección y el máximo realizador de
la Mannschaft, Miroslav Klose, “sólo” marcó en 11
ocasiones en ese número de partidos.
Low lo tiene claro: “Si
está en forma, debe jugar”, aseguró en su momento. El
técnico, que alcanzará los 14 años al frente del combinado
nacional el próximo 31 de julio, ya contaba con el futbolista de
Stuttgart para la Copa del Mundo de 2014 pero una lesión lo
impidió. Las lesiones han marcado, en buena medida, su carrera. Por
un lado le han impedido tener ese título mundial y por otra parte
hoy sería un futbolista distinto.
En 2014 la carrera de
Serge Gnabry parecía ir viento en popa. Había llegado al
Arsenal 3 años antes y Arsène Wenger confiaba en él
para el primer equipo. De hecho, gracias al francés, se convirtió
en el segundo jugador más joven del conjunto del Emirates en
debutar en Premier League, sólo superado por Jack
Wilshere. El, por entonces, asistente de la selección alemana,
Hansi Flick, admitió públicamente que le tenían en cuenta
para la Mannschaft a pesar de no haber debutado y de contar
sólo con un puñado de partidos disputados en la élite. Por
desgracia, un par de meses antes de la cita en Brasil, una
inflamación en su rodilla le obligó a permanecer 6 meses fuera de
los terrenos de juego y a perderse la cita mundialista.
La carrera de Serge
Gnabry se torna en este momento muy complicada. El curso 2014-15
se lo pasa en blanco y apenas participa en 8 encuentros con el equipo
reserva. En agosto de 2015, busca minutos de juego y acepta una
cesión al West Bromwich Albion, entrenado por Tony Pulis.
Allí, sin embargo, no cuenta para nada [apenas 12' en Premier
League 1 y 125 en Carabao Cup] ya que el técnico cree que
no tiene nivel suficiente para ayudar al grupo y opta por futbolistas
más veteranos para tratar de revertir la mala situación
clasificatoria. Retorna al Arsenal en enero donde tampoco
juega.
Estamos en el verano de
2016. Sin duda, el momento clave en su carrera. Tiene 21 años y
busca minutos de calidad al más alto nivel posible. Decide volver a
Alemania y ficha por el Werder Bremen por unos 5 millones de
Euros. Aunque algunos seguidores de los Gunners creen que
debería de haber tenido más paciencia, lo cierto es que en el norte
de Alemania aumenta su carga de trabajo y juega cada fin de semana,
terminando la temporada con 11 goles en 27 partidos disputados. El 11
de noviembre debuta con la selección absoluta ante San Marino [8-0],
marcando un hat-trick. La
última vez que un debutante con la Mannschaft
marcó un triplete en su debut fue el 16 de junio de 1976. Lo logró
Dieter Müller
ante Yugoslavia [4-2] en las semifinales de la Eurocopa.
Poco antes de pisar el
Weserstadion disputó los Juegos Olímpicos de Rio De
Janeiro. Pocos podían esperar el gran rendimiento, e incluso su
convocatoria, después de tanto tiempo en blanco pero el
seleccionador, Horst Hrubesch, que le conocía de la sub21,
sacó lo mejor de él y el futbolista desplegó su mejor fútbol,
demostrando de lo que es capaz de hacer cuando está sano, en forma y
con ritmo de competición. Alemania se llevó la medalla de plata y
Gnabry terminó máximo goleador del torneo con 6 dianas junto a su
compatriota Nils Pietersen.
Su rendimiento en la
Ciudad Hanseática y Libre hizo que el Bayern Munich,
que ya lo quiso para su fútbol base cuando tenía 10 años, fichara
a Gnabry por 8 millones de Euros. Para no cortar su progresión y
como tenía su puesto bien cubierto fue cedido al Hoffenheim,
donde coincidió con Julian Nagelsmann. En Shinsheim siguió
mejorando y fue especialmente importante en la segunda mitad de la
temporada. Sus 10 goles y 10 asistencias en 22 partidos de Bundelsiga
ayudaron al equipo de Baden-Wurtemberg a alcanzar el tercer puesto y
obtener la clasificación para la Champions League.
Pero la influencia de
Nagelsmann sobre Gnabry va más allá. Le hizo crecer en el
conocimiento del juego, mejorándolo en todos los ámbitos. Le enseñó
a aprovechar mejor los espacios, a explotar los tempos de partido,
alentándole a pisar más el área rival y no atándolo a una
posición, gracias a su idea de movimiento constante entre sus
jugadores. El preparador también incidió en la motivación de
futbolista. Gnabry, era de esa clase de futbolistas que se desconecta
de los partidos y gracias al cambio provocado por el técnico, ahora
estamos ante un futbolista que es una constante amenaza para sus
rivales.
Nagelsmann y su staff
técnico también provocaron un cambio más profundo en el
futbolista: Cambiaron su mentalidad en los entrenamientos y
consiguieron que el futbolista estuviese más tiempo en condiciones
de jugar a un nivel alto. En una entrevista, en abril de 2018,
Nagelsmann lo explicaba así: “Después del parón invernal nos
dimos cuenta que para lo joven que era tenía un número
relativamente alto de lesiones. En el Arsenal, durante la semana, su
mentalidad era no darlo todo en los entrenamientos, incluso cuando
estaba en condiciones de dar más. Para nosotros ese no es el enfoque
correcto. No puedes tomar atajos y decir que todo irá bien el fin de
semana. Así es como se producen las lesiones, cuando uno no ha
trabajado tan intensamente como debería haberlo hecho”.
Por desgracia el 27 de
abril de 2018, frente al Hannover, sufrió un desgarro
muscular en el abductor que le impidió estar presente en la Copa
del Mundo de 2018 celebrada en Rusia. Una vez más una lesión le
apartaba de una gran cita con su selección.
El Hoffenheim
intentó ampliar la cesión de Gnabry una campaña más pero el no
del Bayern fue rotundo. Había llegado el momento de dar un paso más
y formar parte de uno de los equipos más poderosos de Alemania y de
Europa. En el Allianz ha continuado su progresión y se ha
mantenido lejos de problemas físicos, reencontrándose con un buen
amigo de sus tiempos en las categorías inferiores en el Stuttgart:
Joshua Kimmich. Ambos labraron una amistad dentro de los
terrenos de juego que se ha mantenido con el paso de los años fuera
de ellos. Ahora ambos comparten vestuario en el Bayern y en la
Mannschaft.
Serge Gnabry
estaba realizando la mejor temporada de su carrera y estaba llamado a
ser uno de los protagonistas de un verano que no podrá ser. La
situación sanitaria que padece el planeta ha cortado, de momento, la
progresión de un futbolista que nunca lo ha tenido fácil y que ha
ido buscando su propio camino hacia la élite.¿Donde estará su
límite?
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