Cuando lo importante no es el fútbol

Este es un momento muy triste en la breve historia de este blog. Lamentablemente el domingo por la mañana se conoció la triste desaparición de un gran deportista. El actual seleccionador galés, Gary Speed, apareció ahorcado en su domicilio. Para los amantes del futbol británico era un nombre familiar. Como jugador disfruto la friolera de 677 partidos en el Leeds, Everton, Newcastle, Bolton y Sheffield United, donde se retiró a los 41 años y donde comenzó su carrera como técnico.



Uno no puede explicar con palabras lo que sintió al conocer la noticia. Para el gran público probablemente su nombre no era conocido, no era un jugador mediático, pero para muchos era una especie de mito. Era muy fuerte pero con una gran clase. Fue el jugador de campo que más veces vistió la camiseta de su selección, tan solo superado por el guardameta Neville Southall. Además estaba intentando llevar por fin a la selección de País de Gales por fin a la fase final de un gran evento futbolístico. Por desgracia él no lo verá.


Estos días están llegando mensajes de dolor desde muchos lugares. Tanto compañeros como antiguos rivales muestran sus condolencias por este trágico suceso. La mayoría no se lo cree. Era una de esas personas que se preocupa por sus compañeros incluso cuando ya dejan de serlo.


¿Qué puede llevar a un hombre joven, de éxito, con toda una vida por delante, a tomar una decisión tan drástica? ¿Qué puede pasar por la cabeza de un ser humano para tomar una solución semejante? Yo no tengo las respuestas, pero desafortunadamente el nombre de Gary Speed se une al de otros futbolistas que decidieron que ya lo habían hecho todo aquí y que no les quedaba nada más por aportar. Me viene a la memoria el nombre de Robert Enke, o más recientemente el de árbitro Babak Rafati( si bien este no consiguió su objetivo).

Aparentemente tienen en común que no soportaron la presión. No aguantaron las críticas, estar constantemente en el ojo del huracán y perdieron la batalla. Hoy en día los deportistas de élite están sometidos a presiones brutales de todo tipo. Unos lo aguantan como pueden. Pero está claro que hay algunos que no lo soportan. ¿No estaremos estrujando demasiado a los protagonistas de este negocio en que se ha convertido el fútbol?

Desde aquí sólo he pretendido rendir un pequeño homenaje a ese gran futbolista que descubrí cuando jugaba en el Newcastle. Era de la clase de deportistas que cumplen brillantemente en el campo, aunque los grandes focos no le alumbren, pero sus hinchas sabían que siempre podían contar con él. 

¡¡Hasta siempre Gary!!

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