Hace unos días saltaba una de las
noticias más inesperadas en el mundo del fútbol moderno. Primero fueron las
redes sociales las que se hicieron eco del rumor. Poco después llegó la
confirmación oficial: Sir Alex Ferguson se retiraba.
Antes de lo previsto, algunas
fuentes indicaron que la noticia debía haberse hecho pública de acuerdo con el
cierre de la bolsa, el Manchester United y el técnico escocés anunciaron el
retiro del que, probablemente, es el entrenador más laureado de la historia.
Esta vez pocos esperábamos la noticia. Parecía que el escocés sería eterno, pero
no.
Sir Alex nunca ha sido santo de
mi devoción pero es justo reconocer la enorme labor que ha realizado con un
club histórico, pero que cuando él llegó no pasaba por sus mejores momentos. Su
labor está ahí y así lo atestiguan los más de 30 trofeos logrados durante su
etapa en el club de Old Trafford. A ellos hay que sumar, y no olvidar, los
logrados en el Aberdeen.
Como bien he dicho nunca ha sido
mi entrenador favorito. Sus, en ocasiones, malos modos y la sombra, que le
acompaño durante mucho tiempo, de su ascendente sobre el colectivo arbitral, en
mi ideario no tienen cabida. Con esto no pongo en duda sus múltiples logros.
Tan sólo trato de no ser hipócrita.
Respecto a su sustituto, David
Moyes, creo que los dirigentes del Manchester United han acertado de pleno. El
también escocés es un entrenador trabajador, serio y muy preparado. Un tipo que
lejos del excentricismo de otros colegas que sonaban para el mismo puesto, sabe
cuál es su labor y su meta. En principio el club le da confianza, 6 años, y creo
que si supera una fase inicial de comparativas con su predecesor puede dar
muchas alegrías a los seguidores de los red
devils. Otro punto a su favor es que llega recomendado por el propio
Ferguson.
A bote pronto se me ocurre pensar
que la única pega para el nuevo y flamante mister
del United puede radicar en que Sir Alex sepa apartarse y no entorpecer su
labor. Según he leído el futuro de Sir Alex está ligado al club de Manchester
como director deportivo. Mi duda creo que es razonable conociendo un poco la
figura mediática del ya ex manager. ¿Será capaz de no inmiscuirse cuando David
Moyes tome alguna decisión que le disguste?
Por otra parte creo que estamos
viviendo los últimos coletazos de un fútbol que, visto lo visto, dudo que
volvamos a vivir. Dentro de unos años, echaremos la vista atrás y añoraremos
los tiempos en que un escocés un tanto arrogante permaneció casi 27 años al
frente de uno de los clubes más poderosos del mundo. Será el mismo fútbol en
que un galés maravilloso jugó y dio clases
maestras hasta sabe dios que edad… o el mismo que se vivía en la capital
romana cuando il capitanno era más
importante que la mismísima Fontana di
Trevi.
Creo que por desgracia esta época
está tocando a su fin, se nos está acabando. Hoy en día en el fútbol tan
mercantilizado que nos está tocando y que nos tocará vivir priman otros
valores. No nos damos cuenta de que el deporte rey será otro antes de que nos
demos cuenta.
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