La fecha señalada por
todos ha llegado... y ha pasado. El mundo no se ha detenido y
Cristiano Ronaldo ha sumado su segundo galardón como mejor
futbolista del planeta, tras el conseguido en 2008. El fútbol, menos
mal, es mucho más que un premio.
He querido dejar pasar unas cuantas horas tras la concesión del Balón de Oro para reflexionar sobre tamaña distinción. A mi juicio en un deporte colectivo, los títulos individuales, a parte de los pichichis o zamoras, no deberían tener la importancia que se le otorga a este premio. ¿Puede haber algo más grande que un campeonato? La respuesta es evidente. Además cada persona es un mundo y tiene sus propios gustos, por lo que cada uno tendrá sus favoritismos.
He querido dejar pasar unas cuantas horas tras la concesión del Balón de Oro para reflexionar sobre tamaña distinción. A mi juicio en un deporte colectivo, los títulos individuales, a parte de los pichichis o zamoras, no deberían tener la importancia que se le otorga a este premio. ¿Puede haber algo más grande que un campeonato? La respuesta es evidente. Además cada persona es un mundo y tiene sus propios gustos, por lo que cada uno tendrá sus favoritismos.
Hace unos años cuando
España no pasaba de cuartos en las grandes citas, si hubo una
época en la que esto sucedía, se decía que cada español era un
seleccionador nacional. El debate estaba a pie de calle. Todo
aficionado al balompie tenía sus elegidos. Creo que esto es
aplicable a premios como este ya que cada aficionado tiene su
opinión.
La idea de que voten los
capitanes y seleccionadores de todo el mundo dota al premio de cierta
democracia. Muchos dudarán sobre la capacidad del seleccionador de
Swazilandia, pero los votos están ahí y los suyos, por ejemplo, se
corresponden con el resultado final. Sin embargo, no me parece tan
perfecto que haya periodistas que voten. ¿Por qué esos periodistas
si y otros no? Sus méritos tendrán, pero creo que se desvirtúa un
tanto el resultado final.
Otro asunto que me viene
a la cabeza, y que he escuchado en varias tertulias, es el asunto del
qué se vota: Los títulos, el juego... Pues no señores. Se debería
de votar el talento, o si se me apura lo que son capaces de despertar
en los seguidores algunos de estos genios. No se debería pecar de
políticamente correcto. ¿Por qué no poder reconocer los méritos
de aquel que viste unos colores que no son los propios?
Lo que está claro es que
la FIFA, una vez más se apunta el tanto del marketing. Se quiera o
no, todo el mundo, hasta los que no creemos en estos galardones, ha
estado pendientes del evento. Un tanto más para el negocio del
fútbol. Estos señores saben como sacar provecho del deporte rey.
Por último me gustaría
dejar claro que este texto no tiene nada en contra del galardonado.
Cristiano Ronaldo me parece un futbolista tremendo, al igual
que lo son Leo Messi o Franck Ribery. La diferencia
entre ellos es mínima y hoy tenemos la suerte de poder disfrutarlos
. Aprovechémonos y admiremos el espectáculo que son capaces de
ofrecernos.
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