Hace unos días se
confirmaba la designación del técnico portugués como nuevo
seleccionador nacional del país sudamericano en un intento de los
dirigentes de fútbol colombiano por reconducir el camino del equipo
nacional.
Carlos Queiroz se
hace con las riendas de la Selección Colombia tras el gran
papel realizado al frente de Irán. Con el equipo persa se ha
clasificado para los dos últimos Mundiales y ha finalizado en
tercera posición en la recién finalizada Copa de Asia
celebrada en Emiratos Árabes Unidos, dejando muy buenas sensaciones.
La carrera del técnico
portugués comenzó hace 37 años y logró sus primeros éxitos al
frente del combinado nacional U20 de Portugal, con quienes
consiguió el título mundial de la categoría en 1989 y 1991. En
aquella generación brillaban con luz propia Luis Figo, Paulo
Sousa o Rui Costa, iniciando una revolución en el fútbol
luso.
Al frente del combinado
cafetero, Queiroz deberá afrontar el reto de fortalecer la zona
defensiva, aunque sin olvidarse del potencial ofensivo de Colombia.
En el corto plazo, deberá aprovechar el buen momento que viven
futbolistas como Duván Zapata, Luis Muriel o Alfredo
Morelos, sin olvidar a
Radamel Falcao. Hasta la fecha, en todos los seleccionados
dirigidos por el preparador luso, siempre ha contado con un buen
goleador y ese no será el principal problema, en principio.
Lograr un equilibrio
entre el potencial ofensivo y la solidez defensiva es el reto de un
Queiroz que en su presentación se ha mostrado dispuesto a “defender
y respetar el prestigio y el juego de la selección colombiana, y a
respetar la labor de su predecesor, José Pekerman.” El técnico
argentino se caracterizaba por apostar por un juego dinámico,
explotando las virtudes de sus futbolistas. Queiroz puede y debe
aprovechar el buen trabajo de su antecesor y aprovechar ese
potencial.
En cuanto a los
futbolistas que pueden ser importantes en esta nueva etapa, en el
centro de la zaga parecen indiscutibles Yerry Mina y Davinson
Sánchez. El futbolista del Everton, ahora lesionado, es un baluarte en el
juego aéreo, tanto ofensiva como defensivamente, y el central de los
Spurs está creciendo mucho de la mano de Pochettino.
En la portería David Ospina parece no tener rival.
Tal vez en la medular
puedan situarse los mayores quebraderos de cabeza del portugués ya
que debe encontrar a los jugadores adecuados; que sepan manejarse
ante cualquier situación y que se desdoblen en tareas defensivas y
de creación. Los nombres de Wilmar Barrios, Matheus Uribe,
Jorman Campuzano, además de Juan Fernando Quintero están en la mente de todos. En Irán consiguió que
todo el grupo funcione como un bloque homogéneo y si lo consigue con
la selección sudamericana dará un gran paso adelante.
Pero si hay algún factor
que puede definir el éxito de la nueva Colombia es, sin duda, la
recuperación de la mejor versión de James Rodríguez. El de
Cúcuta deleitó al mundo en la cita de Brasil anotando 6 goles y
llevando a su selección hasta los cuartos de final donde cayeron
ante la anfitriona.
En la actualidad el
futbolista del Bayern está lejos de aquel nivel. Que vuelva a
sentirse cómodo e importante debe ser el principal reto que afronte
Carlos Queiroz, ya que debe ser el motor de una generación
que hizo soñar al pueblo colombiano con alzar algún título, algo
que no logra desde la Copa América de 2001, pero a la que le
falta dar el paso definitivo para lograrlo.
En definitiva, Carlos
Queiroz afronta al frente de la Selección Colombia un reto
apasionante, que le debe llevar a presentar un equipo competitivo en
la próxima Copa América, que se disputa en Brasil este
verano, a clasificarse para el próximo Mundial, Catar 2022, y a
comandar, de forma paulatina, el relevo de una de las mejores
generaciones que ha dado el fútbol del país.
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